sábado, 20 de noviembre de 2010

...

Ven a mí, rosa herida.
Me desharé de todos tus pétalos marchitos,
y de todos tus dolorosos recuerdos.
Porque, aunque me sigas pinchando con tus espinas,
yo seguiré aquí,
esperándote,
por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario